El bosque de las mariposas, el hogar de las hadas, si consigues llegar al centro, que esta lleno de juncos en los que crees ver flores de miles y miles de colores pero si estornudas todas echan a volar algunas tienen cuerpo de lombriz pero otras son niñas malcriadas, habrás recorrido mi bosque que es mi norte.
Un bosque de Dioses; con altos pinos y centinelas que tienen armaduras de agujas verdes. Gigantescos robles en su interior, que se mezclan con fresnos, pinos y en el centro… un gran lago calido. Que nunca queda congelado por mucho frío que lo azote. Casi me llega el olor de aquel lugar, terroso e inquietante, olor de siglos. Era oscuro a pleno día. Solo lo bañaban los rayos que conseguían sortear mil y una ramas. Los más intrépidos. Conforme avanzas a su interior es cada vez más indómito.
Los espinos enmarañados ocultan barrancos traicioneros. Las colinas pedregosas son más abruptas. Puedes encontrar alguna casucha abandonada e invadida por la maleza… son pocas y muy aisladas. Las hadas se divierten aletando para dar luz en candiles olvidados para asustar a los duendes que se refugian a descansar.
Un lugar verde esmeralda húmedo y frío en el cual hay muchos caminos para entrar y pocos para salir.
Caminando por el puedes escuchar extraños sonidos y susurros. Pues cada ser de el habla… un idioma indescriptible con palabras. Solo estando allí y agudizando el tacto, oído y olfato puedes saborearlo y entenderlo. Ver no solo su vegetación sino su fauna… hadas, duendes, driades, damas verdes y blancas, nogmos… son tantos y todos tan escurridizos…